20/26 Octubre

    Esta semana celebramos el Día de la Ópera, y lo hacemos a lo grande, con una programación completa en la megafonía... y en el blog ¿Y por qué se celebra el 25 de octubre? Pues porque ese día nacieron dos grandes compositores: Georges Bizet y Johann Strauss II.

    Y es de Bizet de quien escucharemos, a la hora de la entrada, una de sus más famosas arias (un aria es una composición para cantante solista). Alexandre-César-Léopold Bizet (así se registró su nombre al nacer, pero fue bautizado como George dos años después)  nació en París el 25 de octubre de 1838 y tuvo una vida ciertamente corta falleciendo a los 36 años. Ya en su niñez destacó por sus prodigiosas habilidades musicales ingresando en el conservatorio incluso antes de la edad oficialmente establecida. Fue un  pianista virtuoso aunque, sorprendentemente,  fueron pocas las veces en las que tocó en público. En una de esas ocasiones estaba presente el gran F. Liszt, uno de los dos grandes genios indiscutibles  de la historia del piano, que se declaró admirado por su destreza. Como a muchos otros artistas la verdadera fama le llegaría tras su muerte con el éxito de la ópera Carmen que se ha convertido con el tiempo en uno de los grandes clásicos operísticos, interpretada constantemente en los grandes teatros de todo el mundo. Y es de esta obra de donde escogemos L'amour est un oiseau rebelle, conocida popularmente como Habanera. Esta pieza, que tiene su origen en una obra anterior del compositor español Sebastián de Iradier ( así lo hizo constar el propio Bizet, en la primera edición de la partitura) está escrita para una mezzosoprano, la voz femenina de rango intermedio (Soprano sería la más aguda y Contralto la más grave). Nosotros la escucharemos en la voz de María Callas, cuyo retrato (junto con el de David Bowie) preside nuestro aula de música. Su singular voz, unida a una increíble técnica, le permitía interpretar papeles de soprano o incluso, como en este caso, de mezzosoprano, y además resultaba una cantante dotada de una gran expresividad lo que hacía que conectara muy bien con el público. Curiosamente, aunque grabó la ópera completa, nunca llegó a interpretar el papel de Carmen en vivo. 

"L'amour est un oiseau rebelle, 

que nul ne peut apprivoiser, 

et c'est bien en vain qu'on l'appelle, 

s'il lui convient de refuser"



    Para el recreo viajamos a las tierras manchegas que es donde transcurre la zarzuela La Rosa del Azafrán. El término zarzuela proviene del Palacio de la Zarzuela donde se hallaba el teatro en el que se realizaron las primeras representaciones de este género. Y la zarzuela es el arte lírico y escénico propiamente hispánico porque, aunque naciera en España rápidamente se extendió por todo el mundo hispanoparlante, así que en cierto modo, podríamos decir que la zarzuela es ópera en español (aunque existen claras diferencias con la ópera clásica). En la zarzuela se combinan los diálogos hablados, con partes cantadas e instrumentales, y también se incluyen escenas coreografiadas con danzas, y los textos suelen tratar temas populares con finales normalmente felices. La Rosa del Azafrán es una adaptación libre de la famosa comedia El perro del hortelano (Lope de Vega) y la partitura fue compuesta por el  maestro Jacinto Guerrero, famosísimo compositor en su época nacido en Ajofrín (Toledo), no demasiado lejos de la zona de La Solana en la que se ambienta esta zarzuela. La obra comienza con una coplilla convertida en famoso refrán (¿o es al revés?): "Aunque soy de La Mancha no mancho a nadie, más de cuatro quisieran tener mi sangre". Nosotros nos quedaremos con el conocido como Coro de Las espigadoras que sonará al terminar el patio....

"Ay, ay, ay, ay!...
¡Qué trabajos nos manda el Señor!
Levantarse y volverse a agachar,
todo el día a los aires y al sol"




    
    Y para terminar esta semana de la ópera semana volveremos a mirar hacia otro clásico, en este caso italiano. Giacomo Puccini provenía de una familia de músicos, no en vano él representaba la 5º generación así que su destino parecía marcado desde  la cuna. Se dice que fue tras una representación de Aida (de  Giuseppe Verdi, del que ya hablamos recientemente en el blog) cuando se le reveló claramente su vocación operística. Muchas de sus obras siguen siendo representadas una y otra vez en los mejores escenarios (La Bohème, Tosca o Madama Butterfly) y nosotros hemos escogido un conocidísimo aria de su ópera Turandot. Murió antes de finalizarla y fue el compositor Franco Alfano quien la completó siguiendo las notas y bocetos de la parte final que había dejado escritos el propio Puccini. La interpretación correrá a cargo de otro mito del siglo XX, el tenor, también italiano, Luciano Pavarotti (la voz tenor es la más aguda entre los hombres, barítono la intermedia y bajo la más grave).  Aunque cantaba desde joven por la influencia de su padre, que era tenor aficionado, Pavarotti comenzó sus estudios musicales formales de manera tardía (antes quiso ser futbolista profesional, en la posición de portero) pero acabó por convertirse en uno de los mejores y más famosos tenores de la historia. Es leyenda su actuación en 1972 en el Metropolitan Opera House  cuando, tras los 9 Do agudo consecutivos  (conocido también como do "de pecho") del  aria Ah, mes amis (de la ópera La fille du régiment de Donizetti), el público respondió con una ovación final que obligó a levantar el telón nada más y nada menos que... ¡¡17 veces!! Pero como ya hemos dicho, esta vez nos quedamos con su papel del príncipe Calaf en Turandot  y una memorable interpretación de Nessum Dorma ( Que nadie duerma) que sonará a la hora de la salida. 

"Dilegua, o notte!... Tramontate, stelle! 
Tramontate, stelle!...
All'alba vincerò!
vincerò! vincerò!" 


 

       Feliz semana.

             Coordinador del Dpto. de Música.

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